Women's International Terrorist Conspiracy from Hell
Women's International Terrorist Conspiracy from Hell, conocido por sus iniciales WITCH, (en inglés, bruja) (en español: Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno) fue el nombre que tomaron muchos grupos feministas, relacionados entre sí pero independientes, que se formaron en los Estados Unidos durante 1968 y 1969 y que fueron importantes en el desarrollo del feminismo socialista y el movimiento de liberación de las mujeres de finales de los años 60.
El nombre WITCH se amplió a veces también a "Women Inspired to Tell their Collective History" (Mujeres Inspiradas para Contar su Historia Colectiva), "Women Interested in Toppling Consumer Holidays" (Mujeres Interesadas en Derribar los Días-de-fiesta del Consumidor") y muchas otras variaciones.[1]
El primer grupo WITCH surge en la ciudad de Nueva York en octubre de 1968. Sus fundadoras fueron las feministas socialistas, o las denominadas políticas, antiguas activistas del colectivo recién escindidio New York Radical Women (NYRW). Se oponían a la idea que defendía el feminismo liberal de que las mujeres feministas debían combatir el patriarcado solas. En su lugar, WITCH consideraban que las feministas debían aliarse con el conjunto de las causas de la izquierda para lograr un cambio social de mayor repercusión en los Estados Unidos. Varias estudiosas han sugerido que al adoptar la iconografía de la bruja, WITCH representaba a las defensoras de varias formas de paganismo moderno orientadas al feminismo, tales como el Dianismo.
Historia
El grupo se dividió, principalmente como resultado de desacuerdos sobre el papel de los grupos de concienciación (Consciousness Raising, CR), en el Redstockings (el nuevo hogar para los defensores del grupo CR) y WITCH (un grupo que abogaba más por lo político, término que así usaban en inglés, que por acciones personales).
No había ninguna organización centralizada, cada aquelarre de WITCH se formaba de manera independiente por mujeres inspiradas en las ideas y el ejemplo de las acciones anteriores. Su activismo se realizó principalmente en forma de "zapping", una forma de teatro de guerrilla que mezclaba el teatro de la calle y la protesta. Con ellas llamaban la atención generando humor, poniendo de relieve acciones públicas, denuncias políticas y económicas contra empresas y agencias gubernamentales.
Fundación
«El aspecto más relevante de WITCH fue la elección de su símbolo central: la bruja. Al elegirlo las feministas se identificaban con todo lo que se les enseñaba a las mujeres que no debían ser: feas, agresivas, independientes y malignas. Las feministas tomaron este símbolo y lo transformaron, no en la “bruja buena”, sino en un símbolo de poder femenino, conocimiento, independencia y martirio». Estudiosa de teología, Cynthia Eller, 1993.[2]
En el marco del movimiento de liberación de mujeres estadounidense durante los años 60, había una división entre las consideradas políticos (así llamadas en inglés) y el feminismo radical. Las políticos se enmarcaban en el feminismo socialista y atribuían la opresión de la mujer al capitalismo; perseguían una alianza con otras causas de la izquierda, tales como el movimiento estadounidense de la Nueva Izquierda, el movimiento del Black Power el movimiento estudiantil y el movimiento contra la Guerra de Vietnam para lograr un movimiento sociopolítico más amplio que provocara un cambio revolucionario. Por otro lado, las feministas radicales no veían la opresión de la mujer como un síntoma del capitalismo y perseguían la liberación de la mujer para seguir siendo independientes del movimiento izquierdista más amplio.[3]
WITCH surge a raíz de la separación del colectivo de Mujeres Radicales de Nueva York (NYRW, por sus siglas en inglés) en 1969. Varias de las consideradas políticos dentro del NYRW, de forma más notable Robin Morgan y Florika encontraron su inspiración en las acciones del Partido Internacional de la Juventud, también conocidos como “Yippies” (por la similitud con el nombre inglés Youth International Party), que se había fundado en diciembre de 1967 y que buscaba promover su mensaje a través de la provocación y la ofensa de la sensibilidad americana convencional.[4] Otras activistas de NYRW, tales como Kathie Sarachild y Carol Hanish no estaban de acuerdo, defendían la necesidad de seguir con la concienciación y rechazaban la idea de optar por tácticas deliberadamente provocadoras.[4]
Varias de las consideradas políticos del NYRW fundaron luego WITCH, entre las que participaron estaban Morgan, Florika, Peggy Dobbins, Judy Duffet, Cynthia Funk y Naomi Jaffe.[5] Existen alegaciones no confirmadas de que la creación de WITCH se inspiró en la decisión del Comité de actividades antiestadounidenses (HUAC, por sus siglas en inglés) de celebrar audiencias para investigar la participación de presuntos comunistas en una manifestación en protesta de la Convención nacional demócrata de 1968. Las mujeres que formaron WITCH estaban en contra de que el HUAC hubiese citado a hombres radicales pero a ninguna de las activistas mujeres.[6]
El grupo se formó en Nueva York en Halloween en 1968,[7] momento en el que adoptan el nombre Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno, de cuyo nombre en inglés surge el acrónimo WITCH.[7] El grupo modificaba su nombre para adaptarlo a sus propósitos, si bien siempre mantenían el acrónimo WITCH.[8] Por ejemplo, en una manifestación en contra de la empresa de telecomunicaciones estadounidense Bell Telephone Company, el grupo adaptó su nombre a “Mujeres Indignadas contra el Acoso de la Empresa de Teléfonos” (Women Incensed at Telephone Company Harassment).[7] Otros ejemplos son “Mujeres Enfurecidas que Cuidan de los Vándalos” (Women Infuriated at Taking Care of Hoodlums) y “Mujeres Heridas por el Infierno de los Viajeros Corporativos (Women Indentured to Traveler's Corporate Hell).[9]
Activismo
«WITCH es un todo de todas las mujeres. Es el teatro, la revolución, la magia, el terror, la alegría, las flores, el ajo, los hechizos. Es la conciencia de que las brujas y las gitanas fueron las primeras combatientes y guerrilleras contra la opresión, en particular la opresión de las mujeres a lo largo de los tiempos. Las brujas siempre fueron mujeres que sin miedo a existir: fabulosas, valientes, agresivas, inconformistas, exploradoras, curiosas, independientes, sexualmente liberadas, revolucionarias. Tal vez eso explique por qué nueve millones fueron quemadas». Manifiesto WITCH.[10]
WITCH se dedicó a derrocar el dominio patriarcal de la sociedad,[9] y de acuerdo con la académica Cynthia Eller, eligieron hacerlo de manera "ingeniosa, extravagante y teatral" realizando acrobacias políticas con temática de brujería. En Halloween de 1968 como acción inaugural se disfrazaron de brujas y marcharon por Wall Street para echar una maldición al distrito financiero de Nueva York.[11] Morgan declaró que el Promedio Industrial Dow Jones se redujo drásticamente al día siguiente.[1] La autora dejaba claro además que esta acción apoyaba la lucha de la clase obrera frente al capitalismo más que la lucha feminista.[11]
Las siguientes acciones-protesta de WITCH giraron en torno a cuestiones de mujeres.[11] En una ocasión, entraron en un conocido restaurante, “Max's Kansas City”, en el que distribuyeron dientes de ajo y tarjetas con la consigna: "Nosotras somos brujas, nosotras somos mujeres, nosotras somos la liberación, nosotras somos nosotras".[9] Al mismo tiempo coreaban: "Nueve millones de mujeres quemadas por brujas", y les preguntaban a las mujeres que había allí cenando por qué permitían que un varón les pagara la cena.[9]
En enero de 1969, varios grupos feministas organizaron una protesta contra la primera toma de posesión de Richard Nixon como presidente de los Estados Unidos en Washington D. C. activistas de WITCH se apropiándose de las pancartas de Las Feministas Radicales de Nueva York en las que rezaba la consigna “Vidas feministas” y sobreescribiendo su propia consigna con la palabra “BRUJA” en crayón. Circularon rumores durante la protesta que las activistas de WITCH habían planeado tirar del pódium a la feminista radical Shulamith Firestone en el momento que le tocará participar. No compartían las críticas de esta a aquellos varones involucrados en el movimiento de izquierda. Después de la protesta, las activistas de WITCH enviaron una carta al periódico The Guardian repudiando el llamamiento de Firestone a los grupos de liberación para separarse del movimiento social de izquierda de la sociedad norteamericana. En esta carta, se describe la liberación de las mujeres como “parte de la lucha general: somos tan esenciales al movimiento como este es a nosotras”. Insistieron en que los ataques de Firestone a los varones del movimiento, afirmando que “poniéndonos en contra de los varones … solo fortalecemos el patrón opresivo de que las mujeres se definen a través de estos”.
En febrero de 1969, las activistas de WITCH realizaron una protesta en la feria nupcial de Madison Square Garden. Vistiendo velos negros coreaban: “ Aquí vienen las esclavas a sus tumbas”. Y llenaron todo de pegatinas con la sentencia “Planten cara a los promotores de putas”, haciendo un juego de palabras con el eslogan de izquierda “Planten cara a los promotores de guerra”. Como parte de la acción dejaron sueltos ratones blancos, lo que ocasionó que los asistentes al evento se levantaran del suelo. Las feministas radicales criticaron a WITCH por reafirmar el estereotipo sexista de que las mujeres temen a los ratones. Y condenaron lo que habían entendido como que el enfoque del mensaje de WITCH “Nosotras estamos liberadas y tú no” frente a otras mujeres, de esta forma se distanciaron y alienan de la base electoral del feminismo.
Posteriormente la historiadora Alice Echols criticó el desprecio de WITCH contra las mujeres que no estaban involucradas en el activismo de izquierdas. Como resultado los medios dieron una cobertura negativa a WITCH y cierta disensión entre las componentes en torno a objetivos y tácticas. Después de este incidente, WITCH se alejó de las tácticas de choque que habían empleado previamente y focalizaron su atención en la creación de conciencia.
Grupos filiales aquelarres se fundaron en Chicago, Illinois y Washington D. C., y las acciones de WITCH continuaron hasta aproximadamente principios de 1970. En 1969, un "aquelarre" de Chicago se reunió en una acción fuera de la sede de la Autoridad de Tránsito de Chicago para "hechizar" a la CTA mientras marchaban bailando y cantando. En otra instancia, las activistas de WITCH protestaron por el despido de una profesora feminista radical entrando al departamento de sociología de la Universidad de Chicago y dejando mechones de pelo y uñas por todo el edificio. En febrero de 1970, el aquelarre de Washington realizó una protesta durante una audiencia en el Senado sobre el control de la población. Interrumpieron el testimonio del senador de Texas Ralph Yarborough cantando y lanzando pastillas a los miembros del panel y a las personas en las galerías de la audiencia. [2] En 2015, el capítulo de Chicago fue restablecido por tres mujeres. Su primera acción tuvo lugar en noviembre de 2015. Las acciones posteriores se enfocaron en la falta de vivienda asequible, los derechos al aborto y la condonación del racismo y el sexismo por parte de la administración Trump.
Entender la brujería
En sus panfletos, WITCH adoptó la hipótesis del culto a la bruja reivindicando que aquellas perseguidas como presuntas brujas en la Historia Europea, han sido miembros de una religión pagana sobreviviente pre-Cristiana que las autoridades cristianas entonces procuraron suprimir. En su manifiesto, WITCH propagó que nueve millones de mujeres habían sido quemadas hasta morir en los juicios de brujas durante los siglos XVI y XVII. Esta demanda se originó con la primera oleada feminista, con activistas como Matilda Joslyn Gage.
WITCH declaró que cualquier mujer podría ser una bruja declarando ella misma ser una, y además cualquier grupo de mujeres podría formar una asamblea de brujas o aquelarre. En uno de sus panfletos se expone que:
Si eres una mujer y te atreves a ser tú misma, eres una Bruja. Tú, creas tus propias reglas. Tú eres libre y bella. Puedes ser invisible o evidente según como elijas mostrar tu bruja interna. Puedes formar tu propia asamblea de hermanas brujas (trece es un acogedor número para un grupo) y hacer tus propias acciones… Eres una Bruja diciendo en voz alta “Yo soy una Bruja” tres veces, y pensando acerca de ello. Eres una Bruja siendo mujer, salvaje, colérica, jubilosa, e inmortal.
Componentes
Entre las componentes de WITCH está Robin Morgan, una estrella de la televisión infantil en los años 1950 e integrante del Partido Internacional de la Juventud al final de los años 1960, que se convirtió en una importante feminista. Algunos documentos WITCH estaban incluidos en la antología de 1970 Sisterhood is Powerful: An Anthology of Writings From The Women's Liberation Movement, editado por Morgan.
Peggy Dobbins y Naomi Jaffe se unieron a la organización Weather Underground. Después de la ruptura de WITCH, Robin Morgan repudió su nueva política alineada a la izquierda, y se adhirió a una clase de radicalismo feminista que se oponía fuertemente al “hombre de izquierdas”. Más tarde ella repudiará WITCH como una forma de “proto-anarquismo excéntrico” que no había “elevado nuestra propia conciencia más allá de nuestras propias botas de combate”.
Legado
Como recoge en sus escritos de 2006, la periodista Margot Adler sugiere que a pesar de que, en la época en la que existió, WITCH estaba considerado como un "fenómeno periférico” dentro del movimiento de las mujeres; en los inicios del siglo XXI, un mayor número de feministas adoptarían sus opiniones, a pesar de seguir suponiendo una minoría dentro de la comunidad feminista.
WITCH fue un grupo político más que un religioso o espiritual; sin embargo, varios investigadores de estudios paganos han considerado al colectivo como precursoras parciales del Dianismo, miembras de una forma de Paganismo moderno que se desarrolló en los Estados Unidos durante los años 70. De acuerdo con Adler, los supuestos clave de WITCH sobre la naturaleza de la brujería y su conexión con la liberación de las mujeres continuó como el “manantial” del Dianismo y otras formas de Paganismo de orientación feminista.
Referencias
- Susan., Brownmiller, (1999). In our time : memoir of a revolution. Dial Press. ISBN 0385314868. OCLC 41885669.
- ↑ Eller 1993, p. 55.
- ↑ Echols 1989, pp. 3, 299.
- 1 2 Echols 1989, p. 76.
- ↑ Echols 1989, p. 96.
- ↑ Echols 1989, pp. 96–l97.
- 1 2 3 Eller 1993, p. 53; Adler 2006, p. 181.
- ↑ Adler 2006, p. 181.
- 1 2 3 4 5 6 Eller 1993, p. 53.
- ↑ Eller 1993, pp. 53–54; Adler 2006, p. 181.
- 1 2 3 4 5 Echols 1989, p. 97.
Bibliografía
- Echols, Alice. (1989). Daring to Be Bad: Radical Feminism in America, 1967–1975. Minneapolis: University of Minnesota Press. ISBN 0-8166-1787-2
- Brownmiller, Susan (1999). In Our Time: Memoir of a Revolution. ISBN 0-385-31486-8
- Adler, Margot (2006) [1979]. Drawing Down the Moon: Witches, Druids, Goddess-Worshipers and Other Pagans in America (Revised ed.). London: Penguin. ISBN 978-0-14-303819-1.
- Clifton, Chas S. (2006). Her Hidden Children: The Rise of Wicca and Paganism in America. Oxford and Lanham: AltaMira. ISBN 978-0-7591-0202-6.
- Doyle White, Ethan (2016). Wicca: History, Belief, and Community in Modern Pagan Witchcraft. Brighton, Chicago, and Toronto: Sussex Academic Press. ISBN 978-1-84519-754-4.
- Eller, Cynthia (1993). Living in the Lap of the Goddess: The Feminist Spirituality Movement in America. Boston: Beacon.