Regulacionismo de la prostitución
El regulacionismo de la prostitución es un modelo teórico jurídico que considera que la prostitución es un trabajo y defiende su reconocimiento jurídico.[1]
El regulacionismo sostiene que la industria del sexo no es por sí misma identificable con la misoginia y la desigualdad sexual, y que las mujeres pueden ingresar voluntariamente en la prostitución. Defiende el concepto de "trabajadora sexual". Considera que la ausencia de regulación genera clandestinidad y exposición de las trabajadoras sexuales a condiciones vulnerables y violencia. El regulacionismo tiene como meta que la prostitución sea considerada un trabajo como cualquier otro y que las trabajadoras sexuales gocen de derechos laborales como cobertura médica y jubilación.[2] Organizaciones como AMMAR, Colectivo Hetaira y OTRAS sostienen esta postura. De acuerdo con Heim y Monfort (2005), para la noción de prostitución en términos de trabajo sexual, el varón consumidor de prostitución se presenta como un sujeto desexualizado y desprovisto de género, igual que en el caso de cualquier otro servicio.[3]
El regulacionismo considera que el trabajo sexual es puesto en tela de juicio debido a una actitud negativa hacia el sexo, el puritanismo y constituye un acto de violencia contra la libertad sexual de las mujeres.[4] Quienes apoyan el regulacionismo insisten en la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos y su sexualidad, así como el desacoplar el trabajo sexual de la trata de personas.[5] El regulacionismo busca la despenalización del trabajo sexual.
En la antigua Roma la prostitución fue legalizada por Rómulo solo para las mujeres extranjeras.[6] En el siglo XIX apareció la corriente higienista, que sostenía reglamentar la prostitución con el uso de cartillas de control de enfermedades para evitar el contagio de enfermedades venéreas.[7] En la España contemporánea, el primer reglamento fue, en 1847, el Reglamento para la represión de los excesos de la prostitución.[8] Juan Magaz de Jaime solicitaba un registro de las prostitutas y el uso de cartillas sanitarias. Estos médicos consideraban que la prostitución debía regulada y controlada. En este contexto, las prostitutas eran controladas por los médicos y vigiladas por los policías, en defensa de la salubridad pública.[7]
Véase también
Referencias
- Daich, Deborah (30 de julio de 2012). «¿Abolicionismo o reglamentarismo? Aportes de la antropología feminista para el debate local sobre la prostitución». RUNA, archivo para las ciencias del hombre 33 (1): 71-84. ISSN 1851-9628. doi:10.34096/runa.v33i1.340. Consultado el 23 de agosto de 2020.
- «Trabajo Sexual: ¿Cuál es la diferencia entre reglamentarismo y regulacionismo?». Ammar. Consultado el 15 de agosto de 2020.
- Daniela Heim y Núria Monfort «Vigilar y castigar: las nuevas propuestas de políticas públicas para la prostitución en Europa; análisis de los modelos de Suecia y los Países Bajos.1». Revista Nueva Doctrina Penal, 2005, Buenos Aires, Editores del Puerto, 2005, páginas 771-812.
- Juliano, Dolores (2005-12). «El trabajo sexual en la mira: polémicas y estereotipos». Cadernos Pagu (25): 79-106. ISSN 0104-8333. doi:10.1590/S0104-83332005000200004. Consultado el 15 de agosto de 2020.
- José Miguel Estrada Castro y José Pablo Quirós Picado, «El trabajo sexual en el ordenamiento jurídico laboral en Costa Rica».
- Lacroix, Paul (1870). Historia de la prostitucion en todos los pueblos del mundo: desde la antigüedad mas remota hasta nuestros dias .... Juan Pons. Consultado el 31 de agosto de 2020. página 235
- Flor Arriola«Las prostitutas, foco de contagios ahora y en el siglo XIX». Pikara magazine. 23 de septiembre de 2020. Consultado el 24 de septiembre de 2020.
- Jean Louis Gereña«Los orígenes de la reglamentación de la prostitución en la España contemporánea. De la propuesta de Cabarrús (1792) al ~e~lamento de Madrid (1847)».DYNAMTS. Acta Hisp. Med. Su. Hist iliw., 15, 1995, 401441