Hiperdifusionismo

El hiperdifusionismo es una hipótesis pseudoarqueológica que plantea que ciertas tecnologías o ideas históricas fueron desarrolladas por un único pueblo o civilización antes de que otras culturas las adoptaran.[1]

Contexto histórico

El hiperdifusionismo fue popular a principios del siglo XX, pero es ampliamente rechazado por los arqueólogos modernos.[2] Para esta corriente de pensamiento, todas las grandes civilizaciones que se dedicaron a prácticas culturales similares, como la construcción de pirámides, provienen de un único progenitor común.[3] También plantean que las ideas, tecnologías y creencias se difundieron de los pueblos más avanzados a los menos avanzados, en lugar de ser desarrollados independientemente por las sociedades locales.[4] Sin embargo, la evidencia arqueológica y los estudios culturales modernos muestran que las sociedades antiguas desarrollaron sus propias culturas y tecnologías de forma independiente, en lugar de recibirlas de sociedades extranjeras. Los estudios de contacto entre sociedades muestran que hubo intercambios, pero fueron limitados y tuvieron un impacto menos significativo en las culturas locales.

Posturas y críticas

Según los defensores de la hiperdifusión, se pueden encontrar ejemplos de hiperdifusión en prácticas religiosas, tecnologías culturales, monumentos megalíticos y civilizaciones antiguas perdidas. La idea de hiperdifusionismo difiere de la difusión transcultural en varios aspectos. Uno de ellos es el hecho de que el hiperdifusionismo generalmente no es comprobable debido a su naturaleza pseudocientífica.[5] Además, a diferencia de la difusión transcultural, el hiperdifusionismo no utiliza redes comerciales y culturales para explicar la expansión de una sociedad dentro de una sola cultura; en cambio, los hiperdifusionistas afirman que todas las principales innovaciones culturales y sociedades se derivan de una civilización antigua (generalmente perdida).[5] Por ejemplo, los llamados artefactos de Tucson encontrados en Estados Unidos y claramente falsos, se derivarían de la antigua Roma, llevados por los "romanos que cruzaron el Atlántico y luego por tierra a Arizona"; esto se cree porque los artefactos se parecían a los artefactos romanos antiguos conocidos.[5]

Una hipótesis hiperdifusionista común es que las similitudes entre civilizaciones dispares se heredaron de la civilización de un continente perdido, ya sea la Atlántida o Lemuria, que desde entonces se hundió en el mar. A veces, se considera que Egipto es una civilización intermedia que heredó su cultura del continente perdido y, a su vez, la transmitió a otras civilizaciones.

Referencias

  1. Moshenska, Gabriel (2017), Alternative archaeologies, UCL Press, pp. 122-137, ISBN 978-1-911576-43-3, doi:10.2307/j.ctt1vxm8r7.13.
  2. «DIFFUSIONNISME, Critique du diffusionnisme - Encyclopædia Universalis». www.universalis.fr. Consultado el 11 de mayo de 2023.
  3. Fagan, Garrett G., ed. (2006). Archaeological Fantasies. Oxford, England: Routledge. pp. 362-367. ISBN 978-0-415-30593-8.
  4. Senécal, Pierre (Septiembre de 2010). «Histoire de l’interprétation de la transition néolithique Évolution des théories, modèles et hypothèses». Memoria presentada a la Faculté des Études Supérieures et Postdoctorales para obtener el grado de Maîtrise ès Sciences en Anthropologie (en francés) (Université de Montréal). Consultado el 11 de mayo de 2023.
  5. Williams, Stephen (1991). Fantastic Archaeology: The Wild Side of North American Prehistory. Philadelphia: University of Pennsylvania Press. pp. 224–257. ISBN 0-8122-1312-2.
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